miércoles, diciembre 25, 2013

Ofensa

¿Tú me hablas de ofensas? 
¿Tú te sientes ofendido?
Qué sabes tú de ofenderse
cuando sin darte cuenta
me ofendes a diario. 

Mis acciones y omisiones,
mis sonrisas, mis tristezas,
mis apuros, mis certezas,
mis corduras, mis torpezas:
nada basta, nada acierta.

Qué sabes tú de ofensas
si tus miradas ofenden
si tus ausencias ofenden
si tus consentimientos ofenden
si tus rechazos ofenden.

Qué sabes tú de ofensas
si no importan mis acciones
nunca es suficiente 
y el momento de alegría
siempre es perecedero. 

Y el siempre mordaz halago 
vive al borde de tu boca
asoma siempre inoportuno
y el siempre mortal consejo
no es más que excusa de ofensa.

¡Y aún dices sentirte ofendido!
Pues poco me importa
sigue tú con tus ofensas
que esta musa se escurre,
ya no la retienes, ya no la apasionas. 

Mía.
 

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