Si, es así, lo admito:
he dejado de creer.
Las divinidades varias
ya no responden a mis plegarias.
Aunque la verdad es
que ya no elevo plegaria alguna.
Las ideologías varias
ya no me ayudan a entender.
Aunque la verdad es
que las ideologías me parecen vanas.
El romanticismo barroco
ya no enciende la pasión.
Aunque la verdad es
que la pasión se volvió aburrida.
Los líderes inspiradores
ya no me causan admiración.
Aunque la verdad es
que me parecen sólo monigotes egocentristas.
Si, es así, lo admito:
he dejado de creer.
No creo en promesas
no creo en bajezas
no creo en protestas
no creo en verborreas.
No creo en él
no creo en ti
no creo en nosotros
no creo en nada.
Mía.
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