Quiero hablarte, pero no estás.
Quiero verte, pero no estás.
Quiero contarte sobre las cosas cotidianas,
pero de ti sólo hay una tremenda ausencia.
Ya no estás cuando prendo la TV a las 2
para compartir esas novelas de la tarde.
Y a ratos no entiendo tanta ausencia
si después de tanto tiempo y tanta vida
sigue ese abismo en el que no estás.
Porque eras silencio
porque eras constancia
porque eras compañía
porque eras presencia
porque eras historia
porque eras belleza.
Porque cuando me mirabas
veías el fondo de mi alma.
Y quiero hablarte, pero ya no estás.
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