lunes, abril 25, 2005

Dormidos en el Tiempo

Qué importa lo que seamos tú y yo, si hoy nos dormimos mientras observábamos el devenir de los tiempos.

Siento frío y es tu cuerpo quien acalora mi cuerpo. Siento hambre y es tu sangre la que alimenta mis venas. Y que importa lo que seamos tú y yo si mañana despertaremos y el tiempo no será el mismo.

Sentiré frío y tu cuerpo no tendrá calor. Sentiré hambre y tu sangre habrá acabado. Nuestras razones serán poco importantes entonces cuando el tiempo sea otro y estemos suspendidos entre dos épocas que desconocemos y que nos molestan.

Y quizá sus ideas nos aburran, las ideas de estos años que detuvieron nuestra andanza.
Lo que sucede es que el tiempo se volvió un tema recurrente en nuestras palabras y todo porque un día nos dormimos mientras hablábamos de tiempos inmemoriales y ese mismo tiempo se volvió loco a nuestra espalda.

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