Te verás reflejado en mis pupilas y te gustará lo que veas.
Descubrirás que en ningún otro ojo tu imagen se verá como en el mío, y entonces será tarde para seguir mirándose en ese espejo.
Dirigirás tus miradas al infinito, en constante búsqueda de la imagen que viste en mis ojos. La buscarás en sus ojos, en tus ojos, en millones de ojos. Más no encontrarás en ninguno el reflejo de tu reflejo en mis pupilas, y por más que mires al firmamento, no encontrarás el brillo de las estrellas puesto en tus mejillas, porque ese es un regalo que sólo verás cuando mires a través de mi mirada.
No compartiremos noches, ni madrugadas, ni amaneceres privados de espanto. Los fantasmas ya no vendrán a visitarnos por las noches para darnos suerte en nuestro viaje de amantes furtivos.
No te volverás a ver reflejado en mis pupilas y no te gustará lo veas en otras pupilas.
No me volveré a ver reflejada en tus pupilas y no me gustará no verlas en tus ojos de animal errante por el tiempo.
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