Un caracolito dibujaré en tu espalda
haciendo un camino por las curvas de tu cuerpo.
Y las caracolas nacerán desde mis dedos
para acariciar el borde de tu cuello.
Mil caracoles, mil caracolas,
llenaremos de caparazones el caminos.
Corazones de caparazones
los caracoles de la caracola
que recorren mi espalda
y eliminan la pereza
y eliminan la tristeza
y regalan madrugadas
repletas de gemidos y sonrisas.
Y dejamos rizos como huellas
mientras caminamos
rizos pintados de placer
rizos teñidos de sudor
rizos repletos de alegría
rizos carentes de pudor.
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