Agredida y ataviada
amordazada
disminuida
deshonrada
desprestigiada
ofendida
atacada.
Mi alma asaltada
arremetida
atracada
herida
golpeada
magullada
acorralada.
Una caricia silente
cínica
insolente
indolente
embustera
destructiva
devastadora.
Y una frase certera
artera
dolorosa
impactante
lacerante
contundente
y final.
Mia.
Brice Echenique escribió hace tiempo otra amigdalitis. Ésta es mi amigdalitis, porque al igual que la otra protagonista, seré sólo Mía.
martes, septiembre 16, 2014
martes, septiembre 09, 2014
Si me pongo triste
Y qué si me pongo triste
si uno sorbo amargo me recorre la garganta
que mentir no es sólo inventar falsas verdades
sino omitir también esas otras realidades.
Qué no me entero
que no me dices que me entere
que la entereza es frágil
y la demencia acompaña la desdicha.
Y qué si el desazón envuelve mis entrañas
y termina por sustituir esos abrazos que antes dabas
que nadie dice que no has mentido
cuando el silencio dice más mentiras que palabras.
¿Es más vulgar la tristeza si viene de ninguna parte?
¿Es menos gigante el llanto si no tiene lágrimas?
¿Duele menos la desgracia sólo por no verte
retozando en otra cama?
Mi tristeza no tiene nombre.
Mis lágrimas son sólo de palabras.
Mi dolor no es pasajero.
Tu ausencia se mece en otra hamaca.
Porque no hay peor mentira
que esa que no inventa verdades
sino que juega a esconder
eso que habita en tu cabeza.
Mía.
si uno sorbo amargo me recorre la garganta
que mentir no es sólo inventar falsas verdades
sino omitir también esas otras realidades.
Qué no me entero
que no me dices que me entere
que la entereza es frágil
y la demencia acompaña la desdicha.
Y qué si el desazón envuelve mis entrañas
y termina por sustituir esos abrazos que antes dabas
que nadie dice que no has mentido
cuando el silencio dice más mentiras que palabras.
¿Es más vulgar la tristeza si viene de ninguna parte?
¿Es menos gigante el llanto si no tiene lágrimas?
¿Duele menos la desgracia sólo por no verte
retozando en otra cama?
Mi tristeza no tiene nombre.
Mis lágrimas son sólo de palabras.
Mi dolor no es pasajero.
Tu ausencia se mece en otra hamaca.
Porque no hay peor mentira
que esa que no inventa verdades
sino que juega a esconder
eso que habita en tu cabeza.
Mía.
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