¿Qué oscuro secreto podría contarse?
¿Qué obscena palabra podría repetirse?
¿Qué prohibido recuerdo puede conservarse?
¿Podría acaso recordar
el ruido de tus dedos en mis manos
el peso de tu pelo rozando mi garganta?
¿Cuántos primeros besos quedan retenidos en la memoria?
Pues hay ciertas historias
cuya sola mención se vuelve pecaminosa
donde la figura de unos labios es asunto vedado
donde el abrazo es clandestino, ilegal, contraindicado.
¿Cuál de estos recuerdos se me permite?
un beso fugaz
una mirada lasciva
una frase sin sentido
un abrazo consolador
un silencio cómplice
la risa fácil de un reencuentro
la lágrima de una ausencia
la incertidumbre de no tener futuro
la certeza de una historia
que no se puede contar.
Mía