¿Me recuerdas?
Dime a quién recuerdas
te diré que entonces
la vida era más simple
la sonrisa era más fácil
la tristeza no me visitaba de madrugada
y el deseo era una palabra inexistente.
Entonces la vida no estaba adornada de decepciones
y los mejores amigos emergían
desde las letras marcadas en las páginas de un libro.
Nada era imposible, nada ataba ilusiones
no había promesas, ni responsabilidades,
sólo una vida que vivir.
Nada me recuerda a esa de entonces
ni un rastro de su sonrisa
ni un vestigio de ese resplandor en sus ojos
sólo un reemplazo algo burdo
el desaire a una heroína inexistente
que se perdió en los roles de una vida
repleta de incidentes.
No traigas más recuerdos
no la triagas más de vuelta
que ya la había olvidado.
Desnuda y relegada al rincón
más oscuro de mi alma
no puede recordarme los fracasos
los sueños abandonados
todo lo que pude ser y que nunca fui.
¿Me recuerdo?
¿Que veo cuando veo el espejo?
Sólo un recuerdo alegre
el vestigio de una historia inconclusa
una sonrisa desdentada
que alguna vez estuvo completa
un par de ojos vacíos
una tristeza que me desgarra.
Mía.
Brice Echenique escribió hace tiempo otra amigdalitis. Ésta es mi amigdalitis, porque al igual que la otra protagonista, seré sólo Mía.
jueves, marzo 06, 2014
martes, marzo 04, 2014
Apuesta
Apuesto tu cuerpo
a que el deseo
se apropia de nuestros cuerpos
y terminamos abandonados
perdidos, saciados,
asqueados, satisfechos,
atiborrados, saturados,
llenos y plenos de nosotros mismo.
Apuesto tu cuerpo
a que nos olvidamos en la mañana
somos como un ciclo
de deseo y olvido
de arrebato y descuido
de erotismo y amnesia
de frenesí y abandono
que repetimos en constante.
Te apuesto lo que quieras
que calculo el período
el lapso, el grado, el tiempo y el ciclo
y encajo las palabras
para ajustar histerias
encuadrar historias
cambiar las relaciones
y partir de cero cada mañana.
Mía.
a que el deseo
se apropia de nuestros cuerpos
y terminamos abandonados
perdidos, saciados,
asqueados, satisfechos,
atiborrados, saturados,
llenos y plenos de nosotros mismo.
Apuesto tu cuerpo
a que nos olvidamos en la mañana
somos como un ciclo
de deseo y olvido
de arrebato y descuido
de erotismo y amnesia
de frenesí y abandono
que repetimos en constante.
Te apuesto lo que quieras
que calculo el período
el lapso, el grado, el tiempo y el ciclo
y encajo las palabras
para ajustar histerias
encuadrar historias
cambiar las relaciones
y partir de cero cada mañana.
Mía.
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