Quizás cambiemos…
quizás tú y yo no sepamos hacer bien el trabajo
Mientras tanto, ella sigue su rumbo sin importarle
Demasiado viva para entrar en recriminaciones
Demasiado eterna para cuestionamientos baratos
Demasiado silenciosa para dudas y controversias
Seguro todos pensaron alguna vez que no era el tiempo
Que el momento era el menos indicado
Mientras tanto, ella no aplaza su llegada
Demasiado enérgica para contar segundos
Demasiado perpetua para considerar dilaciones
Demasiado taciturna para nuestro tiempo y espacio
Y si de certezas se trata…
Sólo tendremos una: ella llega.
Tú y yo diremos entonces
“tengo tu rostro entre mis manos
Oh aire dulce retrato de aire
Espejismo del cielo y las estrellas”
Como decía Huidobro.
Mía